Espiritualidad

Religiosos Asuncionistas

Los asuncionistas somos religiosos que vivimos en comunidad apostólica. Fieles a nuestro Fundador, el Padre d´Alzon, nos proponemos, ante todo, trabajar, por el amor de Cristo, en favor del advenimiento del Reino de Dios en nosotros y a nuestro alrededor. (Regla de vida N.1)

La comunidad Asuncionista existe para el advenimiento del Reino. El espíritu del fundador nos impulsa a hacer nuestras las grandes causas de Dios y del Hombre, a Hacernos presentes allí donde Dios está amenazado en el hombre y el hombre amenazado como imagen de Dios. (Regla de Vida N.4)

Un solo corazón, un mismo espíritu.

Es Cristo quien nos reúne. Vivimos en comunidad siguiendo el espíritu de San Agustin: “Lo primero porque os habéis congregado en comunidad es para que habitéis en la casa unánimes y tengáis un alma sola y un solo corazón hacia Dios” (Regla de San Agustin, 3).

La gran pasión de la Asunción es el Reino de Dios. Es el gran proyecto de Dios para la humanidad entera, manifestado en Jesucristo y manifestado por su iglesia. Como un revelador, hace aparecer a plena luz lo que deshonra a Dios y al hombre, lo que es inadmisible, para poner remedio. Así, un mundo que nada en la abundancia y donde sin embargo hay quien muere de hambre, no se puede admitir.

El Reino de Dios; es el santo y seña en la Asunción, y marca profundamente su vida. Estudio, oración, actividad, marcan el ritmo de las jornadas. Son tres formas de una misma pasión por el Reino que se han de vivir, las tres, comunitariamente. En una comunidad apostólica, misión y oración se entremezclan continuamente. La misión de cada uno alimenta la vida fraterna. El compartir de la fe es el crisol de la comunidad apostólica, así ella se va haciendo “una sola alma y un solo corazón vueltos hacia Dios”.

Con presencia en los cinco continentes, los Asuncionistas afrontamos nuestra tarea con un espíritu abierto a las distintas realidades desarrollando todas nuestras capacidades, utilizando todos los medios de nuestro tiempo para alcanzar nuestros objetivos.

Es por ese mismo espíritu abierto que abordamos diferentes áreas: Educación, Parroquias y Comunidades, Medios de Comunicación Social, Capellanías de Hospitales, de Jóvenes, Santuarios, Misiones, Investigación Teológica, Arte.

Una importante herencia agustiniana es la vida fraternal que el asuncionista se esfuerza por vivir con sus hermanos. En la comunidad asuncionista intentamos vivir anticipadamente el Reinado de Dios: vida en unidad, en franqueza, en amistad, en diálogo y en oración. Viviendo de esta manera, la comunidad es a la vez un signo y un modelo que propone una nueva manera de relacionarse: en un mundo dividido, buscamos dar testimonio de unidad; en un mundo de apariencias, buscamos dar testimonio de verdad; n un mundo individualista, buscamos dar testimonio de solidaridad

Los asuncionistas somos hombres de acción. Vivimos nuestra consagración en el corazón del mundo, sin encerrarnos en nosotros mismos sino comprometidos con la realidad. Nuestra forma característica de servir a la Iglesia es asumiendo un rol protagónico a través de diferentes actividades y obras de manera comunitaria y desarrollando un espíritu doctrinal, social y ecuménico, esto es: con amor a la verdad, generando solidaridad y buscando la unidad.